Seguros de protección de pagos


Seguros de protección de pagos

Los seguros de protección de pagos (también llamados seguros de protección de créditos o seguros de protección financiera) están diseñados para ayudar a particulares o empresas a cubrir el pago de sus obligaciones económicas (como préstamos, hipotecas, alquileres o cuotas) en caso de que sufran imprevistos que afecten su capacidad de pago.

Comparar precios de seguros


¿Qué cubre un seguro de protección de pagos?

Las coberturas principales suelen ser:

  1. Incapacidad temporal o enfermedad

    • Cubre el pago de cuotas mientras el asegurado está de baja médica o incapacitado temporalmente.

  2. Desempleo involuntario

    • En caso de pérdida de empleo por causas no voluntarias, el seguro abona las cuotas durante un tiempo limitado.

  3. Invalidez permanente

    • Si el asegurado queda con una discapacidad que impida trabajar, se cubren las cuotas pendientes.

  4. Fallecimiento

    • El seguro abona el saldo pendiente en caso de muerte del asegurado, liberando a sus herederos o familiares.


¿Para qué se utilizan?

  • Protección para préstamos personales, hipotecas o créditos.

  • Seguridad para autónomos o empresas que tengan obligaciones financieras.

  • Tranquilidad para familias en caso de imprevistos económicos.


¿Cuánto cuestan?

  • El coste suele ser un pequeño porcentaje del importe financiado o de la cuota mensual.

  • Depende de:

    • Edad y profesión del asegurado.

    • Coberturas incluidas.

    • Duración y capital asegurado.

Ejemplo orientativo:

  • Un seguro que cubra la hipoteca puede costar entre 0,2% y 1% anual del capital pendiente.


Ventajas

  • Evita impagos y morosidad.

  • Protege el patrimonio personal y familiar.

  • Facilita la obtención de créditos o préstamos con mejores condiciones.

  • Da tranquilidad ante situaciones inesperadas.


Consideraciones

  • No cubre situaciones voluntarias (renuncia al empleo, despido voluntario).

  • Puede tener periodos de carencia o espera.

  • Requiere declaración de salud o condiciones médicas previas.


¿Para quién son recomendables?

  • Personas con préstamos hipotecarios o personales.

  • Autónomos y profesionales con obligaciones financieras.

  • Empresas con créditos o alquileres a pagar.

  • Familias que quieran proteger su estabilidad financiera.